viernes, 6 de junio de 2014

¡Un corte muy chiquito!

El corte más chiquito que me atreví … (Más chiquito, no creo)

Ayer fui a cortarme el pelo. Iba decidida a salir casi a rape, pero a la mera hora me entró el pánico.
Mi hermana me dijo, ¡¡¡NO TE LO CORTES!!! (ella le tiene fobia al pelo corto) pero pensé que de esta forma aceleraría el proceso y la transición del tinte al “gris perfecto”.

Por fin, llegué con mi estilista de cabecera y le dije, saca lo más que puedas del tinte, y en automático sin siquiera pensarlo le dije PERO DEJA MI COPETE, ese fleco largo que llevo desde hace varios años, pero que me gusta mucho.

Y dicho y hecho, la parte de atrás tiene ya CASI por completo el color de mi pelo natural, a la parte de arriba todavía le faltan varios meses.
 
Había en el salón unas 4 o 5 señoras, 3 de ellas bastante mayores que yo, RETOCANDO SUS RAÍCES. Una de ellas me veía y me veía, como pensando, TE URGE UN RETOQUE, ¿NO HAS VISTO TUS RAÍCES?… se hacía como que veía interesada una revista, pero en realidad estaba más interesada en mi conversación con Mary (la estilista).

Levanté la voz un poco para que no se fuera a torcer el cuello tratando de parar la oreja, y comenté que en mi viaje había visto muchas señoras muy elegantes con el pelo gris o blanco, que “allá” cada vez más mujeres de mi edad (en promedio) se estaban dejando las canas, que más que un color de pelo era un estilo de vida, el ir natural sin tanto químico las hacía sentirse bien consigo mismas así como con su entorno, etc., etc.


Claro que mejor lo dejé ahí, porque sé que al dejarme de pintar el pelo en el salón, habrá una clienta menos; mi estilista estaba un poco tensa y yo no quería ser inoportuna. Terminó de cortar y casi ni tuvo que peinarme ya que el corte está tan natural (y el pelo quedó tan chiquito) que en tres minutos y con los dedos me quedó perfecto.


Me levanté satisfecha, le di las gracias y me salí lentamente, cual pavorreal, presumiendo ante las atónitas clientas, mis casi 5 cm de raíz y el brillo natural del resto de mi cabeza.

Feliz viernes, queridas, espero sus comentarios y sobre todo que alguna de mis lectoras se anime. No es fácil, pero lo que vale, cuesta.

cl.

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